Entre políticos (honestos o venales), policías, editores bajo presión por la competencia de los medios audiovisuales y periodistas (del diario de Washington en cuestión o del blog con el que conviven) transcurre, pues, este impetuoso thriller que se inicia a toda marcha y sostiene el interés hasta el final. Con tanto nervio y coherencia como para que no haya tiempo de advertir que en la trama se filtran unos cuantos clichés y que algunos giros sorpresivos (sobre todo al final) suenan excesivos. La historia procede de una miniserie de la BBC que los adaptadores (entre ellos Tony Gilroy, el de Michael Clayton ) supieron ceñir al formato de dos horas.